viernes, 12 de noviembre de 2021

LA SAVIA NUEVA

 


Uno de los objetivos fundamentales de nuestro club es la promoción y difusión de nuestra afición. Y por supuesto, acoger con cariño y entusiasmo a quienes se interesan por nuestro deporte. El kayak es una actividad deportiva compleja que por lo general se inicia con algún tipo de cursillo y con el préstamo ocasional del material necesario para las primeras navegaciones, hasta que el iniciado dé el paso de hacerse socio del club y comprarse una embarcación. 


A lo largo de cada temporada se suele producir un goteo de gentes a las que con mejor o peor fortuna se les inicia en el kayak y se les da el apoyo que está en la mano de cada cual, pero en el año 2020, sí, el año de la pandemia, se produjo un acontecimiento extraordinario cuando unos cuantos padres amigos de Diego le propusieron iniciar a sus hijos en el mundo del piragüismo. El mejor profesor para la savia más joven. 


Nuestro entonces vicepresidente, Jesús, se volcó con la iniciativa y acompañó a Diego siempre que pudo en todas las "clases" de los sábados por la mañana, dejando constancia de todo ello en una buena colección de fotos. 


La entrada al río es siempre el momento más emocionante. No es nada fácil montarse en la embarcación y no caerse, porque en ese momento hay muchas ganas de echarse al agua a remar.


La primera aventura es subir río arriba. Todos juntos, no sea que alguno se vaya al agua y haya que acudir al rescate. 


El paso bajo el puente de Manterola (o de Sagasta, que nadie sabe al fin cómo se llama) es un momento clave porque por encima de él está la corriente de la central eléctrica de la Guillerma.


Los primeros días de kayak no se suele traspasar esa corriente, sobre todo si baja con fuerza, pero cuando las condiciones son buenas y los tutores dan el visto bueno, se cruza, se conquista la presa y se hace una foto de grupo con la sonrisa de oreja a oreja.  


Otra aventura más difícil es entrar en aliviadero de la presa remando contra corriente. 


Y si es posible, hasta desembarcar en sus márgenes. En eso Jesús es un experto y los chavales la gozan porque como todo buen navegante sabe, para conquistar una tierra hay que poner el pie en ella. 








La otra aventura importante que nos brinda el tramo del Ebro que tenemos enfrente del club es el paso por debajo de los puentes de Hierro y de Piedra y... si es caso el desembarco y la conquista de la isla que está enfrente del tanatorio.


se encuentre o no el tesoro escondido que hay en ella, la vuelta río arriba es igual de bonita



Pero un cursillo que se precie tiene que atender también a las maniobras de incorporación al kayak en medio del agua, actividad que como es lógico, se practica delante del embarcadero donde no hay mucha corriente ni profundidad:

aquí Diego explicando los movimientos básicos


aquí una alumna tratando de reincorporarse a la piragua

y aquí haciendo unas risas y saliendo a pie cuando se ve que la cosa es complicada


Alguno de los padres parece que tuvo también serias dificultades para conseguirlo. De esto hay incluso un pequeño vídeo:



Sea como fuere, en el verano del 2021 Diego y Jesús volvieron a juntar varias veces en el río a los seis chavales cursillistas de la foto de arriba, Miguel Triana, Celia Salgado, Rebeca Salgado, Jimena Bravo Gonzalo Bravo y Javier Navarro, que merecen todo el aplauso del club. Como lo merecen también los padres que han colaborado activamente en dichos cursillos y que incluso han llegado a formar parte del club, especialmente los más activos Luis Alberto Navarro y Sonia León. 


No todos los años se conseguirá ese perfecto triángulo entre Club, Padres y Chavales, pero lo conseguido estos dos años es motivo de orgullo y ejemplo para años venideros. De ahí que lo más justo es, cuando menos, dejarlo contado en este blog.